Sonidos del silencio que oigo
sonidos del silencio que me gritan.
Sonidos que llegan callados
que llegan a traición
sin susurro.
Extrañas llamadas a una puerta
que no la sientes tuya
pero sabes que es para ti.
Ruidos que no suenan,
momentos que guardan su turno,
calladas que suenan a reto.
Sonidos del silencio que rompen,
sonidos del silencio que son cuchillos,
sonidos del silencio que me asaltan,
sonidos del silencio que me abaten.
Cuando te pienso
no hay murallas
todo corre en silencio
sin amarguras
sin locuras.
Cuando te pienso
me lleva el deseo de verte
la ansiedad de hablarte
de decirte
que solo tú
has podido desnudar mi alma.
Te pienso y evoco
cuando irrumpes en mis sueños.
Y es cuando sé
que sin ti
no sabría seguir
no podría querer
jamás podría sentir.
Porque sin ti
el camino es un bosque
siniestro
hostil.
Porque sin ti
la luz es palabra proscrita,
desterrada,
maldita.
En el país de la ira,
en el reino de los fracasos.
De nada sirven las palabras
cuando los versos no las construyen.
De nada sirven mis versos
si no puedo enviarlos a tu encuentro.
Y la soledad me acecha
mitad tigre
mitad hiena.
Porque sin ti
de nada sirven mis palabras,
de nada valen mis poemas.
Prometo
mi abrazo cada noche,
prometo
una sonrisa cada día.
Te doy mi palabra.
Te doy mi palabra
que nadie
podría amarte con tanta intensidad.
Que solo yo
cogería tu mano en los malos momentos.
Tienes mi palabra,
te lo prometo.
Tienes mi palabra
de que todo ese cariño
jamás se rendirá.
Y lo prometo
porque existes,
porque tu magia me acompaña
entre todos mis poemas
cuando te escribo
cuando te sueño
cuando te quiero.
