La mujer que me encuentre
me mirará a los ojos
sin decir basta.
El amor que descubra
gritará siempre
dirá hola
repetirá regresa.
El reloj que nos mire
se detendrá en cada encuentro
dejando el tiempo parado,
manso,
eterno.
Cuando abrace su cuerpo
nada podrá deshacernos
nadie podrá pararlo.
La mujer que yo encuentre
lanzará su sonrisa
para que me atrape en ella
y me dirá sus palabras
sin darme su voz.
Con su palma en mi cara
y con su envolvente felicidad.
La mujer que me ame
será eterna,
y será un alma
en forma de cuerpo.