Llegará el día
en que
descubrirás que ya lo sabías.
Que no era
la indiferencia
el sentimiento compartido.
Ahora
es la espera
quien se impone.
Hasta ese día,
tras un abrazo
y una sonrisa,
descubras
lo que ya sabíamos.
Literatura, historia, opinión.
Llegará el día
en que
descubrirás que ya lo sabías.
Que no era
la indiferencia
el sentimiento compartido.
Ahora
es la espera
quien se impone.
Hasta ese día,
tras un abrazo
y una sonrisa,
descubras
lo que ya sabíamos.
Siempre habrá
tiempo de sobra
para pensarte.
Siempre habrá
tiempo para beber tu sonrisa
hasta emborracharme.
Siempre habrá
sitio para ti
en esta
desnortada alma.
Y
siempre, siempre,
serán mis brazos tu refugio
y mis hombros tu morada.
Extraña sensación,
carnaval de los abrazos.
Con sólo tu sonrisa
rompiste
la coraza del cinismo,
la muralla de las indiferencias.
Tu dulzura
me
dijo que nos amásemos.
Tu sonrisa en tus ojos
me
dijo arriesga.
Desconozco
la dirección del camino
Tan sólo sé
que buscaré tu mirada
y esa dulzura,
el resto de mi camino
si la soledad
vuelve a llamarme.
Fue ayer
cuando tus añiles ojos
atraparon
mi destrozado espíritu.
Esa mirada
hizo más
que
un millón de carcajadas.
Fue
el azul de tus ojos
la energía de
tu sonrisa,
junto
con tu mano en mi brazo.
La que me
restauró mi rumbo,
llenó mi alma
y
expulsó mis fantasmas.
Dime por qué
existen los castillos.
Porque un día
el hombre fue
enemigo del hombre.
Dime por qué
existen los castillos.
Porque los hombres
vieron que el metal
no sólo era
para hacer herramientas,
naciendo
la primera espada.
Dime, entonces,
por qué
existen los castillos.
Porque el hombre
juntó
el caballo
con la espada y la antorcha,
para hacerse enemigo del hombre.
Naciendo así
la primera barricada,
la primera fortaleza,
el primer castillo.
Gaita que
gritas Galicia.
Jamás desertas.
Sola y acompañada
gritas vida
flotando en el aire
mientras
entras en las gentes.
Gaita que
gritas Galicia.
Jamás desertas.
Marcando
el alma gallega
de una
Galicia única,
de una
tierra mágica,
de una
nación eterna.
No son
inertes las ciudades.
Vibran,
viven
sienten.
Los muros
quedan en el pasado
se hacen historia,
se recuerdan.
Porque Vigo,
no es inerte.
Porque
la otrora citania
vive, crece, siente.
Y nunca jamás
se detiene.