Una luz de túnel me acecha
en extrañas noches de insomnio
y leo,
leo,
y las palabras cobran vida.
Me llevan a extraños lugares
a siglos extintos
a lugares falsos.
Y la luz sigue al acecho
en las noches insomnes.
Pero los libros me escoltan
durante la noche larga
renglón a renglón,
capítulo tras capítulo,
hora tras hora.
Y la luz pierde fuerza.
No quiero que marche
porque
mientras ella siga viva,
los libros me acompañan
con sus increíbles historias
de lugares mágicos;
en la noche de los insomnios
en las noches de guarda.
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