Fueron sentires de estruendosos presentes
que un día borraron mis fuegos;
fueron rotos que cerraron mis años,
fue un pasado silente y perdido.
De aquello se extinguió en ruindades,
de nada valieron los celos.
Fue un halo de esperanzas inutiles
fueron gritos cercenados en silencio.
Nada queda de aquello que cuento,
nada quedará con el correr del tiempo.
Un año me dijo hasta siempre
un año de incómodos reencuentros.
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