Entrañas que supieron lo que siento,
no puedo marcarme en mi inquina,
no siento
los paso aguerridos
se me han arrrancado los deseos.
Y ahora se borra el eco de las iras
veo el lejos muy cerca,
y estás ahí,
recordando lo que pudo ser
y la vereda que decidiste marcar.
Sintiendo lo que sabemos
meditando ancianos valses de memoria
los pianos dejaron de sonar
como acordeones
monocordes.
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